El señor James Matthew Barrie es un escritor de obras de teatro. Cuando sus obras ya no reciben buenas críticas decide escribir una nueva historia. Mientras está en el parque conoce a Sylvia Llewelyn Davies y a sus hijos, Peter, Jack, George y Michael. Peter es el único de los tres al que parece no agradar James. Barrie crea una gran amistad con la familia, pero no es bien vista por su esposa Mary ni por la madre de Sylvia.
El escritor y la familia pasan un magnífico verano juntos en el cual los chicos y él mismo aprenden muchas cosas juntos. Especialmente Peter, con quien J.M. Barrie crea un gran lazo de amistad, inseparable. Una vez, en el campo, de paseo, Sylvia comienza a toser descontroladamente y se descubre que posee un problema pulmonar, pero decide no someterse a medicaciones ni tratamientos, pero eso podría empeorar.
La esposa de James se cansa de tener que compartir su marido con otra familia y decide dejarlo. Sylvia empeora rápidamente, llegando a un punto en el cual ya no hay muchas esperanzas.
Barrie escribe una extraordinaria obra inspirada en sus experiencias junto a la familia de Sylvia, siendo Peter el protagonista de la historia. La obra es todo un éxito, cautivando al público con la fantasía y originales personajes.
La salud de Sylvia no muestra ningún cambio. La noche del estreno el señor Barrie va a buscarla, a pedirle que deje de fingir que no pasa nada. Pero ella le da a entender que su hora está llegando y es irremediable. Así es cómo un día George le pide a su madre que baje al salón y allí se encuentra con la mismísima obra, en la casa. Al final, un telón se desprende de la pared de la casa y detrás de él se encuentra Nunca Jamás. Sylvia entra allí y ahí es donde muere, dibujando esa muerte tras una estadía eterna en Nunca Jamás. James y la señora Llewelyn Davis comparten la tutela de los niños de Sylvia